El titular de Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni, hizo un balance de la coyuntura política y económica y analizó el impacto sobre el sector. Por ahora cree lejana la posibilidad de que el gobierno nacional aplique una nueva devaluación en el corto plazo, y consideró que el problema de los productores en este momento está vinculado al costo de insumos, que quedaron poco competitivo en relación a los valores que manejan en países vecinos.
En exclusiva con AgroHoy habló de las tensiones que se dieron con el gobierno del presidente Javier Milei por el esquema de retenciones durante la discusión por la Ley Bases. También se sumó a las críticas por el RIGI y lo contrastó con el régimen de retenciones que propusieron a las últimas administraciones. Por el momento, tanto FAA como otras entidades del agro no fueron convocadas al Pacto de Mayo anunciado por el Ejecutivo.
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—¿Cómo analizan la actualidad económica y su impacto en el agro?
—Es un momento complejo. Ojalá haya una posibilidad de salir del cepo, que hablemos en el mismo idioma si vamos a importar y vamos a exportar. O en su defecto, con la apertura de importación que podamos ser competitivos. Las economías regionales tenemos un gran componente de venta al mercado interno, por lo cual nos vemos muy afectados.
—¿Hay un sector del agro que espera por un nuevo salto devaluatorio?
—No creo que el gobierno vaya a acceder a una devaluación por encima del crawling peg que ellos mismos han estimado del 2,2%. Expresaron claramente que su idea es apreciar el peso y sincerar el precio de todo tipo de bienes y servicios de tal forma que ese dólar a 1.000 pesos sea competitivo a nivel mundial. Sabemos que hablar de devaluación es complicado, y el gobierno no quiere hacerlo para que no repercuta en precios. Lo que pretenden es corregir precios sobrevaluados.
El problema es que si dentro del sinceramiento de precio hay tarifas muy por encima de la inflación, eso se va a trasladar indefectiblemente al precio de góndolas. La presión de las tarifas en algún momento tiene que ceder.
—¿Qué expectativas hay para la liquidación de este año?
—La soja se mantuvo bastante bien. Las Lluvias llegaron en un momento crítico para darle un buen rinde. Estimamos una campaña con 50 millones de toneladas, muy por encima de la del año anterior. En el maíz tenemos un flagelo que nos hizo corregir la expectativa de cosecha, porque la chicharrita ha hecho un daño considerable.
Hay que destacar que el productor vende al acopio, y el que liquida es el exportador. A veces se da que el acopiador compra al productor pero no vende y no liquida las divisas, ahí pasa a ser un juego que puede tener un carácter especulativo, esperando mejores condiciones o forzando al gobierno a que les de mejores condiciones. El productor no tiene espalda para guardar la cosecha.
—¿Cómo repercute en los planes de los productores los pronósticos de sequía para los próximos meses?
—La amenaza de la niña hace que el productor piense a futuro y se resguarde en la cosecha por si hay una campaña mala. Ahí se puede arreglar por sus propios medios para sustentarse en el tiempo. Ahí puede ir vendiendo y calzando en inversiones. Hay una cuestión hoy que hace que no sea tan seductor invertir, porque cuando uno mira la metalmecánica, nota una sobrevaluación. Cuando uno ve los precios de la maquinaria en Paraguay y Brasil, la verdad que acá no hay una buena oferta. Eso explica también un poco la ralentización en la venta del productor o en la liquidación.
—¿Qué balance hacen sobre el actual esquema de retenciones?
—A nosotros nos globalizan en un problema con el que no tenemos nada que ver (con la liquidación). Somos los primeros que vendemos. No tenemos espalda.
En esta oportunidad, en la discusión con el gobierno por las retenciones, logramos que no hubiera un aumento pero no logramos que se sacaran. Nosotros siempre hablamos de segmentación y siempre fue algo discutible, pero ahora se da un caso que deja expuesta una situación. Con la Ley Bases el gobierno pretende avanzar con el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que es algo a la inversa de lo que proponemos, porque castiga a las pequeñas y medianas empresas que no llegan a invertir por 200 millones de pesos.
Con la segmentación nosotros propusimos al revés, propusimos un retiro de las retenciones para las primeras 400 toneladas, para los años siguientes ese número se multiplicaba hasta converger en un retiro total de las retenciones, con el objetivo de que el pequeño productor no desaparezca. Lamentablemente ahora están desapareciendo, subsisten alquilando alguna tierra o salen del circuito y pasan a ser rentistas.
—¿Cómo quedó la relación con el gobierno nacional tras las diferencias por la suba que querían implementar a través de la Ley Bases?
—Cuando discutimos por retenciones, le explicamos a Luis Caputo (Ministro de Economía) que no podíamos soportar otro aumento y al otro día se anunció el retiro de retenciones. Los gestos se van dando, el tema es que nosotros en esta situación complicada para producir, siempre recalcamos que se bajen las retenciones. Ellos consideran que hasta que no mejoren las reservas en el Banco Central y no puedan salir del cepo, no se puede hablar de desafectación impositiva.
—¿Fue convocada Federación Agraria al pacto de Mayo?
—No, de momento no hubo invitación. Sí junto a muchas entidades tenemos la intención y queremos que nuestros aportes sean tomados en cuenta también para ese pacto, para generar un consenso que signifique un acuerdo argentino que permita refundar situaciones y poder despegar. Tenemos condiciones y capacidades productivas muy buenas. La política sola nos trajo hasta acá, la política sola difícilmente pueda sola, necesita del conjunto de la sociedad para salir adelante, pero hay que equilibrar algunas situaciones.
