En pleno proceso de cramdown, o salvataje de la agroexportadora Vicentin dispuesto por la Justicia, comenzaron a conocerse las ofertas para hacerse de la empresa, por parte de otros jugadores del negocio agropecuario.
El próximo 31 de octubre es la fecha límite para conocer las ofertas de parte de los interesados, que hasta el momento son tres. De acuerdo al proceso concursal, uno de los más interesados en quedarse con Vicentin, sus activos, personal e infraestructura es Grassi S.A., una corredora de granos que creció mucho en los últimos tiempos, que tiene de aliado nada menos que al coloso Cargill, con quien trabajaría en conjunto si resulta ganador del proceso.
Además, hay otros dos grandes grupos de jugadores, que siguen en carrera: Bunge junto con Viterra y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) además de Molinos Agro en sociedad con LDC.
La propuesta de Grassi, corredora de granos rosarina picó en punta, y formalizó públicamente su oferta, ganando algo de tiempo respecto a sus adversarios. El objetivo central de la iniciativa es ofrecer una salida concreta que garantice a todos los acreedores un recupero de sus deudas sin pérdida de poder adquisitivo, al tiempo que se asegura la continuidad operativa de la empresa.
Para lograrlo, el modelo de Grassi se apoya en tres ejes fundamentales. En primer lugar, todos los créditos verificados en pesos serán convertidos a dólares estadounidenses a un tipo de cambio fijo de $60,78, correspondiente a la fecha de presentación concursal de Vicentin, el 10 de febrero de 2020.
En segundo lugar, la propuesta integra a todos los acreedores en una única categoría, ofreciéndoles un menú de opciones para que cada uno pueda elegir la alternativa que mejor se adapte a sus intereses.
Finalmente, y como pilar clave, se busca recompensar a aquellos que apuesten por la viabilidad de la “nueva Vicentin”, ya sea comprometiendo la entrega de granos o aportando financiamiento, dándoles la posibilidad de recuperar la totalidad de su acreencia.
Dentro de las alternativas, se destaca la opción de abastecimiento de soja, que en algunos casos permitiría recuperar hasta el 200% del crédito original convertido a dólares. Esta opción implica la entrega de 200 toneladas de soja por cada u$s1.000 de crédito en un plazo de 10 años, con un cupo anual limitado a 3,5 millones de toneladas. Para quienes no puedan originar todo el volumen, se han creado fideicomisos de apoyo que permiten delegar parte de la entrega, con recuperos estimados entre 80% y 120% , así como una opción con un anticipo financiero de hasta USD 25.000 y recuperos de hasta el 140%.
Conocida la propuesta del Grupo Grassi, su CEO Mariano Grassi, explicó: “Estamos muy preparados. Si hay competencia creemos que nuestra propuesta es muy buena. Si no, igualmente es superadora de lo que había sobre la mesa, que apenas llegaba al 18% de recupero”. Además, agradeció el apoyo de socios comerciales y subrayó que la propuesta es “seria, cumplible y sostenible”.
