Por Álvaro Arellano
Cristian Russo es el jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio Rosario, un centro de análisis y estudios que elabora informes de interés (en particular) para el sector agro. En los reportes trabajan con pronósticos climáticos y datos de coyuntura económica para anticiparse a lo que viene y para brindar un servicio a quienes tengan que encarar un cultivo.
En diálogo con AgroHoy, Russo repasó algunas cuestiones técnicas básicas como el calendario de cada cosecha, pasando por la expansión de la chicharrita y sus consecuencias durante los últimos meses, hasta llegar al pronóstico para lo que resta del año. “Yo creo que este año empezó mal pero puede terminar bien, teníamos pronósticos desastrosos, pero ahora se está acomodando. Después, respecto al trigo, hay que tener en cuenta que llovió bien en el este, bien en el oeste, nos deja condiciones de siembra que son incluso mejores que el 2021 2022, tenemos unas condiciones de siembra que son espectaculares”.
Para arrancar, ¿podemos pasar en limpio el calendario de siembra para los principales cultivos?
Va a venir muy bien para entender algunas cosas que pasaron. El trigo se siembra entre mayo y junio, aunque esa siembra se puede extender hasta julio. Después en septiembre tenemos la siembra temprana de maíz, parte también de octubre. En octubre – noviembre va agarrando fuerza lo que es soja de primera y se va superponiendo con la cosecha del trigo y la siembra de soja de segunda detrás. Con las sequia y con la chicharrita se han retrasado las siembras.
¿Qué expectativas hay para la cosecha en lo que resta del año?
Los últimos cinco años fueron bastante malos en término de volumen cosecha. Tuvimos campañas de soja en las que no hemos pasado los 50 millones de toneladas. Antes de estos cinco años malos, tuvimos diez años en los que Argentina produjo grandes cantidades, grandes volúmenes, tuvo grandes cosechas con un costo muy bajo. Lo que está esperando ahora es que este sea el daño de la recuperación, pero se nos metió la chicharrita en el medio. A lo que está apostando ahora el productor es a tener una idea más clara de lo que puede pasar y no estar en esta incertidumbre, sobre todo con el mercado de soja y maíz.
Esta apareciendo el término “récord” en todas las estimaciones, ¿esto responde a un cambio atendible en el clima?
Es cierto que últimamente todos los reportes todos tienen la palabra récord en el título. Estamos viviendo situaciones muy extrañas en cuanto al clima, por ola de calor, por sequía, por lluvias. Esto es atípico y cada vez es peor. A nivel planetario, la temperatura de los mares marcó un récord, todos los años vamos viendo temperaturas planetarias cada vez más altas. Eso se va sintiendo y va haciendo que los sistemas atmosféricos sean cada vez más inestables. Es algo que va a seguir. El clima se volvió algo muy importante.
¿Cómo impactó ese cambio de las temperaturas planetarias en Argentina?
Eso hizo que zonas de Argentina que antes no hacían agricultura, ahora hagan agricultura. La frontera agrícola se extendió, basta ver la cantidad de hectáreas de maíz sembradas en zonas como San Luis, la expansión en Chaco o Santiago. La aparición de la chicharrita también tiene que ver con esto.
¿Por qué vinculás la aparición de la chicharrita a esas nuevas condiciones climáticas?
Porque el fenómeno de la niña generó que se empiece a sembrar más tarde, entonces la chicharrita encontró su lugar y empezó a migrar a otras provincias. No hizo el suficiente frío en invierno. En Chaco creció más de 10 veces, ahí tuvieron pérdidas que llegaron al 100% en algunos casos. En Santa Fe se registraron daños del 60%. La chicharrita en Argentina se comió más del 20% del volumen total de cosecha. El factor climático provocó una siembra tardía y eso hizo que encontrara comida para expandirse de una manera impresionante. Se la detectó tarde. Nunca había pasado la frontera de Chcaco. Por eso también se festejan las heladas, porque la chicharrita con menos de 4 grados está guardada, por eso también es importante que tengamos un invierno frío.
¿Encontraron alguna manera de combatirla o contrarrestarla?
En Santiago y Chaco, donde convivieron siempre con esto fenómeno, nunca vieron un problema así. Vieron en otro momento, máximo un 10% de afectación, acá en algunos casos hablamos del 100%. Ellos tienen protocolos, lo tienen muy acomodado, el tema es que esto se desmadró. no hay una salida por lo menos en el corto plazo que le dé una solución a esto. Este año se va a hacer mucho hincapié en tratar de no sembrar tarde. El tema es que nosotros en la región núcleo que generalmente nunca sembramos tardío, este año por esta falta de agua se sembró en forma tardía en todo el país. El maíz tardío representa el 65% del área y ahora le están pidiendo que no lo hagan de esa forma. Es difícil.
¿Cuáles son los pronósticos climáticos para lo que resta del año?
Lo que estamos viendo es altísima probabilidades de una niña, más del 80% de probabilidades. Nosotros estamos asumiendo que va a ser un año de niña. Lo que sí ha cambiado desde principio de años es que, a principio de año se veía esa posibilidad de que realmente haya una niña que sea fuertísima, incluso con niveles de enfriamiento que no habíamos visto desde el 2000 por suerte. Esto ha cambiado y estamos viendo que sería mucho más moderada y también hay una cosa que estuvimos charlando y que está dando otra señal positiva. Es que en el dipolo Índico se está percibiendo una masa de agua que está asociada al Océano Índico está en una fase neutral. Ese acoplamiento nos da posibilidad de tener lluvias de primavera que sean bastante normales y poder terminar el cultivo de trigo con normalidad.
¿Esto sería una buena noticia teniendo en cuenta que arrancaron el año con pronósticos de sequía?
Los pronósticos climáticos que estábamos siguiendo anticipaban un desastre y nosotros mes a mes vamos construyendo esas curvas y esas curvas van mostrando cómo se han se han moderado y no es que se pueda garantizar algo porque esto es el escenario de largo plazo. Después hay cuestiones que determinan el clima que tienen que ver con cuestiones locales o de cómo se van posicionando los centros de alta y baja presión, las circulaciones que hay, pero de alguna manera esto te determina la cantidad de humedad que puede llegarle a Argentina. Cuando hablamos de año niño en general se habla de que hay un extra de humedad.
Cómo impactaron las lluvias de marzo en los tiempos de la cosecha?
Recordemos que tuvimos precipitaciones acá cerca de Rosario por 400, 450 mm, cuando lo normal son 150 mm, fue una cosa del locos marzo, dejó una gran cantidad de agua, sobre todo en la margen este de la región pampeana. Después en abril, pasó algo raro que tuvimos como un centro de baja presión que hizo que llueva mucho más en zonas mediterráneas y de repente ahora llovió muy bien en el oeste. Todos eso nos complicó muchísimo la cosecha, porque tuvimos dos meses de mucha agua distribuida de una manera bastante interesante y eso hizo que que realmente se retrase muchísimo. Después de los 400mm los caminos quedaron muy complicados. Estamos hablando de un mes y medio de retraso en la cosecha.
¿Esto incidió en la demora de las liquidaciones?
Se está liquidando lo que hace falta y no más que eso. El productor siempre tiene un poco ese comportamiento porque es el comportamiento que lo ha llevado a la sobrevida y siempre está viendo qué es lo que pasa porque también esto le juega mucho, forma parte de los costos. Entonces está viendo si en algún momento hay alguna válvula que termina acomodando un poco, emparejando un poco más los precios, pero por lo visto no parece que la haya.
¿Qué pronóstico general se puede hacer para el resto del año?
Yo creo que este año empezó mal pero puede terminar bien. Una situación que parecía desastrosa en clima se está acomodando. Después, respecto al trigo, hay que tener en cuenta que llovió bien en el este, bien en el oeste, nos deja condiciones de siembra que son incluso mejores que el 2021 2022, tenemos unas condiciones de siembra que son espectaculares. El año pasado fue era una de las peores, no había agua y ahora estamos con los perfiles muy bien. Yo soy optimista y creo que podemos llegar a estar cerca de una campaña récord de siembra.
Después por el tema de chicharrita va a caer en el maíz, cuánto es una gran incógnita. El maíz venía haciendo una locomotora que no lo paraba nadie y la apuesta que se estaba haciendo sobre el cultivo era realmente espectacular. Detectamos más maíz del que estábamos esperando acá en la región núcleo con imágenes satelitales fue siembra récord de maíz, lamentablemente estamos viendo esta charrita, que va a cortarle este paso que venía triunfal del maíz en todos estos años y vemos una campaña con bastante más soja, así que todo lo que tenga que ver con los precios internacionales de soja va a ser algo fundamental.
