Alberto Carpintero
En horas abrirá sus puertas Expoagro, la muestra más importante del sector a nivel nacional, y una de las destacadas también en el mundo.
Ese escenario resulta el propicio para que se desarrollen negocios, las empresas vendan, los productores accedan a condiciones financieras específicas, el público urbano vea tractores y animales, y para que germine la política, con sus acuerdos y divergencias.
Este año Expoagro será el plafón de relanzamiento de la política agropecuaria del gobierno nacional, luego de iniciar con el pie izquierdo una relación con el productor, al que no le gusta por ahora lo que propone el gobierno para el agro, pero si festeja las medidas para otros sectores.
Es que tanto para la Mesa de Enlace, como para otras asociaciones de productores a lo largo y ancho del país, el intento de subir de un plumazo los derechos de exportación, incluso a cadenas productivas y economías regionales que gozaban de la exención de ese gravamen, luego de hacer campaña con el discurso opuesto, resultó una medida sorpresiva e inesperada.
También incluida en la Ley de Bases se encontraba la declaración de admisión a UPOV91, una convención global que regula la propiedad intelectual de las semillas, forzando al pago de regalías para los obtentores de las mismas.
Una vez caído el proyecto de ley, el gobierno nacional a través de todos los organismos afectados, se encuentra bajando línea al respecto: “Los productores deben pagar por la tecnología que siembran”, repiten desde el Inta, el Inase y la propia secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Este pago adicional de dólares por la semilla a sembrar, supone una nueva carga a los márgenes de los productores, ya que se estima que cerca del 80% de las simientes que se implantan, provienen del uso propio, es decir, la porción de semillas que se guarda el productor en cada cosecha para volver a sembrar.
Al respecto, se está cocinando un acuerdo con legisladores de todos los partidos políticos, para que la cuestión de las semillas, una vez arribada al Congreso Nacional, tenga los números necesarios y pueda encontrar consenso de mayorías. Sobre este tema la Mesa de Enlace fue taxativa y manifestó su rechazo absoluto a viva voz, aduciendo que la adhesión a UPOV91 representa una nueva carga al productor, a diferencia de las retenciones, las cuales fueron rechazadas, pero en voz baja.
El propio Javier Milei caminará las calles de la muestra, aun con el riesgo de cruzarse a gobernadores enfrentados, o funcionarios provinciales. En este relanzamiento político de la gestión nacional, Milei deberá cosechar –o al menos intentar- un acercamiento con los gobernadores de la región central pensando en el Pacto de Mayo que anunció. En Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, La Pampa y Entre Ríos, viven en su mayoría los productores agropecuarios que votaron a los gobernadores en tensión con el presidente.
Estas cuestiones no están alejadas de los productores, ya sean pequeños, medianos o grandes. Es que el termómetro está marcando números altos, con un productor que en su mayoría no pudo recuperar espalda productiva ni financiera luego de la sequía 2022/23, que dejó magras cosechas y retrajo la producción un 50% a nivel nacional. En algunas regiones, la sequía ya apila 4 campañas consecutivas. En otras la recomposición de lluvias del fenómeno Niño inundó campos, pueblos y ciudades, yéndose al otro extremo.
Esta campaña de verano 2023/24 prometía ser la revancha del productor que perdió al menos dos cosechas previas, con los costos invertidos en el campo y sin levantar nada. Incluso había quienes se atrevían a hablar de una cosecha récord, superando a todas las anteriores. Pero el 15 de enero dejó de llover y se prendió la estufa. Una intensísima ola de calor de al menos dos semanas dejó pérdidas que aún se tratan de establecer en casi toda la región núcleo, donde los cultivos como soja y maíz encuentran altos potenciales de rendimientos.
De acuerdo a lo que se puede ver, los cultivos fueron afectados por este fenómeno, que atravesaban sus periodos críticos, y se espera una pérdida del 10% en el rendimiento general de la zona afectada, la que ofrece mayor volumen de producción. Aun así será una buena cosecha, pero lejos del récord previsto.
Esto lo entienden desde el gobierno nacional, quienes descuentan una pérdida cuantiosa de ingresos de divisas, producto de la sequía y la caída de los precios a nivel internacional. La Bolsa de Comercio de Rosario le puso un número a esto, estimando que la pérdida en dólares sería de 4.700 millones de dólares que quedaron en el camino en estos dos meses, pero con mucho recorrido hasta la cosecha aun, que comenzará de forma masiva en las próximas semanas, aunque haya cosechadoras que ya están realizando sus labores en la región núcleo.
La cifra estimada de pérdida de producción la lamentan desde todos los sectores posibles, y en su gran mayoría esta campaña no logrará reponer los bolsillos castigados de los productores, endeudados por varias campañas. Esto lo saben bien fabricantes de maquinaria, vendedores de insumos y las provincias: Durante Expoagro se esperan condiciones crediticias muy favorables para los productores, especialmente para la compra de maquinaria nueva, y reposición ganadera.
Durante estos 4 días se espera que el Banco de la Provincia de Buenos Aires financie a tasas muy por debajo de la inflación, tanto a 180 como a 270 días. También prevé lo mismo Santa Fe, que anunció líneas crediticias por más de 140 mil millones de pesos con tasas realmente bajas, que pueden ser aprovechados por productores para renovar las maquinarias, comprar nuevas, o agregar infraestructura al campo.
El clima promete que serán cuatro días para aprovechar y recorrer las calles de la feria. Sin el agobiante calor del año pasado, y sin las tormentas que azotaron muestras en años anteriores, todo está dado para que la expo sea este año el lugar fecundo para que germinen negocios, relaciones políticas, se cierren acuerdos, y hasta haya quienes puedan renovar su parque de maquinarias. También para que sea el plafón donde se pare la gestión agropecuaria del gobierno nacional a futuro, tratando de hacer borrón y cuenta nueva. Quizá, esta vez, puedan ganarse el apoyo incondicional de los productores agropecuarios y del sector en general, quienes buscan que su apoyo en las urnas se traduzca en un apoyo tangible en los hechos.
