Los puertos comerciales privados parecen estar por alcanzar una posición común sobre el esquema tarifario de la hidrovía. El objetivo es llegar con una propuesta consensuada a la mesa técnica que el gobierno reunirá el próximo miércoles en Zárate.
La hidrovía constituye la principal vía de salida de las exportaciones agroindustriales de la Argentina. Su relevancia económica ha sido, durante décadas, el telón de fondo de fuertes diferencias entre terminales, sobre todo en torno al sistema de peajes.
En los últimos meses, sin embargo, se aceleraron las conversaciones para acercar posiciones. El punto de encuentro se daría en la reunión convocada por el gobierno nacional para la próxima semana en Zárate, considerada la instancia final antes de la redacción de los pliegos licitatorios.
En el encuentro previo, realizado en Paraná a fines de julio, la Agencia Nacional de Puertos pidió a las terminales que presentaran un acuerdo sobre tarifas y secciones, con el fin de destrabar la licitación de un operador privado para la vía navegable.
Hasta ahora, las posiciones estaban divididas. De un lado, las terminales cerealeras del Gran Rosario defendían el sistema actual de tarifas por secciones. Del otro, empresas como TRP (Puerto de Buenos Aires) y Exolgan (Dock Sud) reclamaban que el peaje se calcule según la distancia recorrida, lo que favorecería a quienes están más cerca del mar.
El debate no es nuevo. Los puertos de Capital y Dock Sud buscan mejores condiciones para competir en el negocio de contenedores y cargas generales, mientras que las cerealeras argumentan que sostienen gran parte del costo del mantenimiento y dragado, ya que la mayoría de los buques que navegan la hidrovía transportan granos.
En las últimas semanas, la Cámara de Puertos Privados Comerciales intensificó gestiones para encontrar un punto intermedio. La Bolsa de Comercio de Rosario ha jugado un papel clave en esta mediación. Incluso el puerto de La Plata, que inicialmente compartía las demandas de TRP y Exolgan, se mostró más cercano a la postura de las cerealeras.
La fórmula que gana consenso mantendría el esquema por secciones, pero con un prorrateo diferente que implicaría una suba moderada para los puertos río arriba. El incremento tendría un tope y se compensaría con los beneficios derivados de una mayor profundidad de dragado, que permitiría operar buques con mayor capacidad de carga.
En Zárate, las partes intentarán sellar el entendimiento. Si lo logran, sería la primera vez en años que los puertos presenten una postura unificada ante el Estado en un tema que históricamente los enfrentó.