La cosecha de maíz avanza a paso firme y está finalizando con la gran noticia de que la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) estuvo muy lejos de hacer daños como sí ocurrió en el ciclo anterior, cuando diezmó la producción nacional del cereal.
Sin embargo, esto no significa que haya que relajarse: los últimos relevamientos realizados por entidades públicas y empresas son claros y contundentes con relación al crecimiento de la población de estos insectos en las últimas semanas.
Y si bien esto ya no representa un riesgo para el presente ciclo, sí es una señal de advertencia de cara a la próxima campaña.
El último informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus Maidis muestra que en el NOA, la región con más problemas, en dos meses se pasó del 52% de los lotes relevados con presencia de chicharrita, al 97%.
Y en el resto de las regiones sucede algo similar: en el NEA se pasó del 42% al 86%; en el Litoral, del 34% al 69%; y en el centro-norte, del 38% al 80%.
Bajo este panorama, “es fundamental continuar registrando las capturas de adultos del vector, incluso cuando los cultivos han superado la etapa de mayor susceptibilidad o tras la cosecha. El análisis de la información generada permitirá comprender mejor su dinámica poblacional estacional y contribuir a una toma de decisiones más confiable y mejor fundamentada”, resalta el reporte de la Red.
Un insecticida biológico contra la chicharrita
Según Tomás Toraglio, coordinador de Desarrollo de Biotrop, además de tener en cuenta que el punto de partida 2025/26 será con una población alta de Dalbulus maidis, es preciso mirar los pronósticos climáticos para entender también el riesgo que puede correrse si no se empieza a prevenir desde ahora.
“Se prevé un invierno más cálido que el del año pasado, que tuvo muchas heladas y eso frenó el crecimiento de la población de chicharritas. Ahora van a vivir más”, repasó Toraglio.
Y otro foco de atención es la alta humedad de los suelos que, si bien es algo favorable para los cultivos, también lo es para las malezas que pueden proliferar. Entre ellas, el maíz “guacho”, que es uno de los principales “puentes verdes” para que la chicharrita atraviese la campaña fina y se expanda en la gruesa.
“A priori, hay que ir pensando en una campaña con una situación intermedia: más complicada que la cosecha de este año, pero no tanto como durante la crisis que se vivió en 2023/24”, indicó Toraglio.
En este contexto, cómo frenar a la chicharrita es la pregunta que se hacen los productores y en el caso de Biotrop, su respuesta es Biokato.